Frustración para muchas, desinterés para otras… se dice que debemos amar nuestro cuerpo tal como es, pero… ¿a cuántas les gustaría lucir una minifalda o un pantalón cortito sin que se notara la odiada celulitis? ¿Y qué nos dices de las mallas de gym, que si la tela es muy delgada se notan ciertos huequitos en los glúteos? ¿O quizá eres de las que, a pesar de pasar largas horas en el gimnasio, no terminan de entender por qué esa celulitis continúa ahí!
Muchas recurrimos a soluciones supuestamente efectivas, que prometen piel tonificada y cero celulitis; y muchas por la desesperación y la poca información real que tenemos sobre los tratamientos, confiamos sin ver cambios de verdad.
Hoy vamos a conocer un poquito más sobre la celulitis, sus tratamientos y qué podemos esperar.
LA BELLEZA EXTERIOR
¿Y si te dijera que antes de la década de los 1960s casi nadie le prestaba atención a la celulitis?
Hasta que en 1968 apareció el término en la revista Vogue, y se hizo viral. Incluso uno de los primeros estudios sobre ella, se titula: “La Llamada Celulitis: Una Enfermedad Inventada” (estudio).
Todo parte de un canon de belleza ensalzado como ideal: esas mujeres que aparecen en las revistas y en las pantallas con cinturas de avispa y glúteos perfectos, sin rastro de celulitis.
Se estima que, tras la pubertad, entre un 80-90% de las mujeres tienen algún tipo de celulitis. ¿Entonces qué pasa? ¿Ellas son de la minoría con una privilegiada genética anticelulitis? Podría ser, pero en la era de la tecnología, es más probable que se deba a los retoques por ordenador.
Hoy en día, varios programas informáticos permiten aumentar la talla del pecho o eliminar la celulitis en cualquier fotografía o vídeo. No creas todo lo que ves. No dejes que te digan qué significa estar guapa.
Algo de celulitis es bastante normal, y no representa riesgo para la salud. ¿Merece la pena obsesionarse tanto con ella?
CONOCER AL ENEMIGO: QUÉ ES LA CELULITIS Y POR QUÉ SALE
Entonces, dejemos esto claro: la celulitis, en sí misma, no es ninguna enfermedad.
Se puede definir más bien como una alteración de la piel, que se caracteriza por la aparición de unos bultitos u hoyitos. De ahí que se conozca también como “piel de naranja”.
La encuentras con más frecuencia en muslos y nalgas, aunque también puede aparecer en el abdomen o en la parte alta de los brazos.
¿Por qué salen esos bultitos? Para explicarlo, vamos a utilizar un ejemplo. Imagina una lasaña de varias capas (perdona si te estamos dando mucha hambre, por si acaso aquí tienes una receta):
- Habría una lámina superior doble, que serían las dos capas de la piel: epidermis (capa externa) y dermis (capa interna).
- La carne picada representaría la grasa subcutánea, que se acumula bajo la piel.
- La salsa bechamel correspondería al tejido conectivo, que en realidad son una serie de fibras de colágeno que unen las láminas de arriba con las de abajo.
- La lámina inferior, que en este caso sería el músculo. Por tanto, el tejido conectivo es lo que une la piel con el músculo.
Los puntos donde hay fibras de colágeno, la distancia entre piel y músculo varía poco. Pero en las zonas más alejadas de estas “columnas” de tejido conectivo, la grasa empuja la piel hacia arriba. Como resultado de estas distintas presiones sobre la piel, aparece la celulitis.
¿SOLO LAS MUJERES TIENEN CELULITIS? SEXO Y OTROS FACTORES
Cuando llega el calor y vestimos más ligeros de ropa, si te fijas verás que los casos de celulitis se dan mucho más en mujeres que en hombres. Y las estadísticas lo confirman.
¿La vida es injusta? Pues sí, pero en este caso hay otras razones:
- La piel de las mujeres es, en general, más delgada que la de los hombres. Por eso, resulta más difícil que en los varones aparezcan esos abultamientos que provocan la “piel de naranja”.
- Las mujeres son madres. ¿Quién lleva el bebé 9 meses dentro? ¿Y quién lo alimenta durante un año o dos después de nacido? Por esa razón, el cuerpo de la mujer está diseñado para almacenar más grasa que el del hombre. Y glúteos y nalgas son un depósito de alimento para el cerebro de la criatura (estudio, estudio).
- El tejido conectivo en las mujeres se dispone en forma de columnas. En cambio, en los hombres, se trata más bien de una red interconectada. Por tanto, la piel masculina tiene un soporte más fuerte y uniforme.
Muchas de estas diferencias están influenciadas por las hormonas sexuales, por lo que, definitivamente, el sexo es clave para saber tus probabilidades de tener celulitis. Incluso hombres con bajos niveles de testosterona pueden llegar a desarrollar algunos caracteres femeninos.
También parece haber evidencia de que el factor genético influye. La acumulación y distribución de grasa en el cuerpo tienen un componente hereditario. No obstante, como vimos en su día, tu genética influye pero no es algo definitivo.
LA INDUSTRIA ESTÉTICA
Vivimos en un mundo donde la apariencia física es importante. De eso no cabe duda. Y por ello, hay toda una industria alrededor de la estética personal.
En el caso concreto de la celulitis, hay infinidad de tratamientos que se venden como la solución definitiva, pero muy pocos tienen evidencia que los respalde. Vamos a comentar algunos de ellos.
CREMAS
Las cremas recomendadas para el tratamiento de la celulitis podrían dividirse en dos grandes grupos:
- Basadas en cafeína o alguna otra metilxantina. Su presunto efecto es una estimulación de la lipólisis, promoviendo así una mayor quema de grasa. Algunos estudios confirman una disminución de grasa subcutánea en las zonas aplicadas, pero otros no hallan efectos significativos.
Asimismo, hay dudas de que estas cremas sobrepasen la barrera de la piel para llegar al tejido adiposo. Además, en algunos casos donde existe una reducción de grasa, el aspecto estético de la celulitis no mejora (revisión).
- Basadas en retinol. En este caso, el retinol actúa directamente sobre la piel, reforzándola. Aunque parece confirmarse un incremento de grosor de la dermis, el efecto visual sobre la celulitis es cuestionable (revisión).
Están apareciendo nuevas cremas basadas en otra serie de plantas, pero todavía falta más investigación para saber si realmente funcionan (estudio).
Puedes autoexperimentar en casa de forma sencilla, aplicando por ejemplo la crema en una pierna y en la otra no, tomando alguna foto, y observando resultados. Eso sí, infórmate bien de los componentes para evitar reacciones alérgicas o algún otro efecto secundario.
MASAJES
En ocasiones, se ha planteado la teoría de que la celulitis se origina por una mala circulación, acumulación de líquidos o de toxinas. Estas hipótesis no se han confirmado. No obstante, algunos estudios apuntan pequeñas mejoras con masajes profundos o drenado linfático. Lamentablemente, esos cambios no permanecen a largo plazo.
Si bien los masajes tienen muchos beneficios, y parece que sin efectos secundarios, no son una solución muy eficaz contra la celulitis.
APARATOLOGÍA: LÁSER, ULTRASONIDO Y RADIOFRECUENCIA
Quizá se trate del campo más prometedor hasta el momento (revisión). Algunos tratamientos actuales incluso combinan varias de estas técnicas.
El presunto objetivo es ayudar a la quema de grasa subcutánea. Se produce asimismo un daño al tejido conectivo, que en algunos casos parece generar un nuevo tejido más fuerte (ya vimos que es un factor importante). Sin embargo, si el tratamiento no se aplica correctamente, puede ocasionar un daño permanente en las fibras de colágeno, empeorando además el aspecto de la piel.
Falta aún más investigación para determinar las condiciones de máximo beneficio y mínimos efectos secundarios. Algunos de estos tratamientos pueden ser bastante dolorosos.
CIRUGÍAS Y OTRAS INTERVENCIONES
A la hora de pasar por quirófano, las dos operaciones más conocidas son:
- La liposucción. Es una intervención peligrosa, donde se retira tejido graso del cuerpo. Salvo que tu salud esté en riesgo y no tengas otras opciones, creemos que es poco recomendable. ¿Por qué? La grasa es más que esos kilos/libras que tanto te incomodan. Es tejido vivo. Interactúa y se comunica con el resto del organismo. Si lo eliminas de golpe, creas un gran desajuste en tu cuerpo, que puede tener consecuencias fatales.
Y respecto al caso concreto de la celulitis, no hay pruebas concluyentes de que la mejore. En algunos casos, incluso la empeora (revisión, revisión). - La subcisión. Se trata de cortar las fibras de colágeno para aliviar las tensiones de la piel. Parece mejorar el aspecto de la celulitis, pero no deja de ser una intervención para alterar la estructura de un tejido.
Se han reportado algunos efectos secundarios como dolor, moratones y alteraciones en la pigmentación de la piel (revisión).
Otras intervenciones pasan por inyectarse diversas sustancias:
- Para ayudar a la descomposición de la grasa, como la mesoterapia o la carboxiterapia.
La mesoterapia ha sido prohibida en países como Francia, Brasil o India por suponer un riesgo para la salud.
La carboxiterapia parece más segura, pero faltan más estudios para comprobar su eficacia.
- Para reforzar el tejido conectivo, como las inyecciones de colágeno. No hemos encontrado evidencia ni a favor ni en contra. Lo más prudente sería esperar a ver resultados contrastados.
RESUMIENDO
A día de hoy, no existe un tratamiento definitivo que elimine la celulitis (revisión, revisión).
Hemos revisado algunas de lasalternativas existentes, para que, si te planteas someterte a alguno de ellos, tomes la decisión con la mejor información posible. Recuerda valorar siempre tanto los beneficios como los riesgos potenciales.
¿Y TÚ QUÉ PUEDES HACER?
Hemos hecho un repaso a los tratamientos más extendidos, pero hay otras formas de combatir la celulitis y que te pueden ayudar a reducirla (difícilmente a eliminarla).
EJERCICIO FÍSICO
Por un lado, vimos que la acumulación de grasa subcutánea es parte del problema. Por tanto, un programa de ejercicio orientado a la pérdida de grasa, seguramente ayudará.
Por otra parte, también comentamos que el músculo hacía de soporte a toda esa estructura de grasa, piel y tejido conectivo. El entrenamiento de fuerza aportará firmeza a la base, mejorará el tejido conectivo y te aportará otros muchos beneficios.
Es decir, un programa de entrenamiento que combine sesiones de fuerza (ejercicios con peso) y de cardio (variando la intensidad) será, en general, una buena opción.
ALIMENTACIÓN
No existen alimentos ni productos milagrosos. Tomar un té verde al día no va a compensar el pan, las galletas, la pizza, la bolsa de snacks… ¿Se entiende la idea?
Una vez más, insistimos. La base es que te nutras de comida real, lo que crece de la tierra o lo que tiene padre y madre. Verduras, frutas, legumbres, pescado, pollo, huevos, marisco, carne…
Dentro de eso, y dado que las fibras de colágeno son un factor relevante de la celulitis, puedes ayudar a tu cuerpo a reforzar la piel dándole la materia prima. La gelatina (ojito a los ingredientes, que no lleven azúcar u otros aditivos), el caldo de huesos o la piel del pollo son algunas fuentes de colágeno.
Dado que la celulitis suele mejorar con la reducción de grasa, una vez asegurada una buena elección de alimentos, puedes pasar a contar calorías o a buscar productos que ayudan a la quema de grasa. Para ello, te recomendamos apoyarte en un(a) profesional que te oriente.
CONCLUSIONES
Como hemos visto, todos los planetas parecen alinearse para provocar la celulitis en el cuerpo de la mujer. Pero recuerda: no es ninguna enfermedad, ni se conoce ningún efecto perjudicial para la salud de la “piel de naranja” (otra cosa es que algunos tipos de celulitis vengan asociados a algunas patologías).
Muchos problemas estéticos son consecuencia de una sociedad que intenta decirte cómo debes ser para verte guapa y atractiva. Pero no es algo natural. Aunque los espejos sí tienen más tiempo con nosotros, la celulitis es un “invento moderno”.
Un estudio realizado en distintas culturas determinó que hay una cifra asociada a la atracción física. ¿Crees que era el peso? ¿O la estatura? Pues no. El número es 0,7, y se corresponde a la relación entre cintura y cadera. Y ese ratio implica buenos muslos y glúteos. Es más, se comprobó que las mujeres con esas proporciones tienen hijos con mayor desarrollo cerebral y cognitivo.
Desde luego, te animamos a preocuparte por tu salud y controlar tus niveles de grasa corporal, pero sin llegar a obsesionarte por eliminar hasta la última gota (necesitas algo de grasa para sobrevivir, y más aún si quieres ser madre). No te frustres tratando de imitar modelos irreales.