Como padres, sabemos lo complicado que es alimentar bien a nuestro hijo. Sobre todo cuando existe tanta desinformación y tanta publicidad engañosa.
Lo más duro es cuando te acostumbras a comer ciertos productos sin conocer el daño que pueden causarte, y luego intentas cambiarlos por otros. Lo sabemos bien porque no nacimos con la vida en la sana en las venas.
En los últimos años hemos intentado modificar nuestra cocina poco a poco. Sobre todo procuramos que nuestro hijo no note cambios drásticos. Porque tú y yo podemos entender las razones para alejarnos de los alimentos procesados o de los dulces, ¿pero cómo se lo explicas a un niño? Y en especial cuando lo que hay dentro de esa cajita o ese sobrecito tiene un sabor tan rico para ellos.
Somos conscientes de que es un trabajo difícil, mas no imposible. Así como también sabemos que cada madre y cada padre desea lo mejor para sus hijos. Y consideramos que no hay mejor herencia que enseñarles a cuidar su salud y a proteger y amar su cuerpo.
Por todos los que os preguntáis: “¿Qué puedo hacer para romper con esas malas costumbres? ¿Cómo puedo hacer para que coma mejor?” Para todos vosotros, hemos hecho este artículo.
Vamos a aportarte pequeñas modificaciones que, a corto plazo, te traerán grandes beneficios con la alimentación de tus hijos.
DESAYUNOS
En los últimos años nos metieron en la cabeza que los cereales con leche son el mejor desayuno. Los famosos cereales con azúcar, que en la caja dicen contener no sé cuántas vitaminas y minerales, y que son la súperhostia para comenzar el día. O las galletas con leche, cuanto más dulces mejor L
Lo sabemos bien, porque estos desayunos han estado en nuestro hogar por muchos años. Pero cuando tuvimos conocimiento de la pésima alimentación que llevábamos, optamos por algunos cambios.
Aunque muchas personas se escudan detrás del clásico “no tengo tiempo de preparar ese tipo de cosas”, la verdad es que se tarda 5minutos en tener listas las opciones que te damos a continuación.
- Avena hervida, con canela, leche y miel. Puedes agregar tozos de frutas y hasta algunas nueces u otros frutos secos.
- Huevos revueltos, omelette o tortilla. Puedes añadirle queso, jamón en taquitos o algún vegetal picado.
- Yogurt natural o griego. Puedes incluir algo de fruta, y si le necesitas un toque de dulce, añade una cucharadita de miel.
¿De verdad crees que no puedes sustituir los antiguos desayunos por esto?
Para ser totalmente honestos, lo más complicado para nosotros fue el cambio de mentalidad. Cuando llevas mucho tiempo tomando galletas o cereales con leche, ver el desayuno como una comida más, donde cualquier opción es válida, fue lo más difícil.
Tomó su tiempo (varios meses). Primero, por apego al dulce, pasamos por la avena y el yogur con frutas. Después, introdujimos los huevos un par de veces por semana. Hoy en día, hasta las sobras de la cena de la noche anterior sirven como desayuno.
MERIENDAS
¿Y para llevar al cole? Pues lo clásico es el zumito de tetrapack o las leches de sabores con galletas, dulces o bocatas/emparedados.
También sabemos lo complicado que es dejar el pan, pero los días que al niño le apetece un emparedado/bocata procuramos que sea de pan integral. Eso sí, integral de verdad, no de esos que dicen serlo y al leer los ingredientes te sorprenden. Y para rellenar, hay otras opciones aparte del embutido:
- Huevo hervido en rodajas.
- Atún.
- Minihamburguesas.
- Pollo.
- Queso.
- Guacamole.
- Salmón ahumado, para los más creciditos.
- Hummus.
También le puedes agregar algo de tomate, lechuga, pepinillo… ¡un sinfín de ingredientes y combinaciones sanos!
Obviamente, las versiones caseras de salsas y cremas con los ingredientes apropiados serán mucho mejor opción. También requiere más trabajo que comprar un sándwich ya preparado, pero por los hijos hacemos lo que sea, ¿verdad? Además, si preparas suficiente cantidad, sirve para varias meriendas y para toda la familia.
Respecto a la bebida, nos encontramos en muchos casos con la paradoja de que desde el mismo cole se anima a mandar un zumo al niño, antes de dejar que beba agua. Y aunque se ha repetido muchas veces, ahí va una más: los jugos/zumos NO SON FRUTA. Cuando los nutricionistas recomiendan comer fruta, se refieren a la pieza entera.
¿Qué alternativas hay entonces?
- Si le mandas el zumo para calmar la sed, la opción es clara y cristalina:
- Si es para aportar fruta, lo que hemos dicho: la fruta entera. Puedes cortársela en trocitos o con formas divertidas para que se la tome mejor.
- Y si todavía no es capaz de comerse la fruta sola/o, mejor un batido o licuado hecho en casa. Con agua, leche y las frutas que más le gusten.
¿Qué más?
Pues algo que suele funcionar bien es hacer combinaciones para que no se aburran: frutos secos (sí, también son una buena opción), trocitos de queso, taquitos de fruta…
Puedes incluso comprar un tupper o una vasija especial con varias divisiones. Seguro que a tu peque le gusta ver un poquito de cada cosa.
COMIDAS
En casa hemos llegado a un punto donde todos solemos comer lo mismo. Pero a veces, nos toca ponernos creativos para “camuflar” algunos alimentos como brócoli, calabaza, pimientos, calabacín, etc.
No somos ajenos al poco aprecio de los niños por la verdura y el pescado, que en nuestro caso son los alimentos que más nos cuesta lograr que coma. Te dejamos aquí las estrategias que empleamos:
- Hacemos espaguetis con calabacín y zanahoria. Con este sencillo utensilio que puedes conseguir en alguna tienda cercana a tu domicilio o incluso por internet (enlace). Solemos hacerlo al estilo boloñesa, con carne picada o molida. Pero hay muchas más variantes para experimentar la cocina italiana: carbonara, pesto, etc.
- Hacemos nuestras propias salsas. Especialmente la de tomate, a base de tomates, ajo, pimientos, cebolla y aceite de oliva. También aplicable a mayonesa, guacamole, salsa de queso… Esto ayuda a eliminar grandes cantidades de sal, azúcar y otros aditivos que llevan las recetas industriales.
- En el caso de los pescados, a nuestro hijo le fascinan los deditos o varitas de pescado. De nuevo, hechos en casa. En general, cualquier figura que no es recuerde mucho a un pez, suele funcionar. Y cuando cocinamos pescados como corvina o lubina en el horno, solemos añadir alguna salsa frutal (con el jugo de una naranja o un limón) o de queso (un poco de leche para disolver tu queso favorito).
- Las ensaladas pueden tener un toque menos amargo gracias al aderezo (aceite, vinagre o cualquier combinación de especias) o a un toque de fruta: manzana, uvas, fresas… ¡Haz la prueba! El resultado es muy diferente.
CAPRICHOS Y ANTOJOS
Lo ideal es reducirlos al máximo. Pero quien no haya tenido un antojo de comer algo dulce, que levante la mano. Y con niños, bombardeados a cada rato por los anuncios de dulces, galletas y chocolates… ¡peor aún! Para esos momentos de crisis, también queremos dejarte algunas ideas:
- En tiempos de calor, preparamos polos o paletas de frutas. Es bastante sencillo. Necesitas los envases con sus correspondientes palitos (nos referimos a algo como esto). Una vez que los tienes, deja volar tu imaginación en cuanto a la combinación de frutas. Haces un batido o licuado, rellenas el recipiente, unas horas al congelador, ¡y a disfrutar! Seguro que a tus niños les encanta.
- También preparamos galletas y bizcochos, modificando las recetas clásicas. Sustituyendo la harina de trigo por harina de avena, el chocolate por cacao puro, y añadiendo frutos secos y frutas al gusto. Al principio os costará un poco, porque es mucho menos dulce que los que compras en la pastelería o el supermercado. Como sugerencia, ve disminuyendo poco a poco la cantidad de azúcar que añades, para que el paladar se vaya acostumbrando (tarda semanas, e incluso meses).
A VUESTRO RITMO
Como puedes ver, es posible hacer pequeños cambios en la comida de tus peques para mejorar su alimentación. Es un camino lento, pero después de un tiempo, el nuestro casi ni lo nota ya.
Por último, y aparte de todo lo que hemos comentado, hay una regla de oro: «lo que no tienes en casa, no te lo comerás». Y al revés. Si limitas la cantidad de opciones poco saludables, cuando a ti o a tu hija/o os entre hambre o tengáis un antojo, habrá más opciones de que elijáis un buen alimento. Recuérdalo cuando vayas a comprar.
Ojalá todo lo que te hemos contado, te sirva a ti también.
Si crees que estas ideas son útiles, compártelas y ayúdanos a que más mamás y papás las conozcan.
Y si utilizas otras estrategias que te están funcionando, por favor déjanos un comentario y cuéntanos qué haces tú para qué tus hijos coman mejor.