Para algunos es la curva de la felicidad. Para otros, algo poco estético que desearían eliminar.
En este artículo pretendemos abordar varios puntos:
- ¿De verdad la cerveza es la que te hincha la barriga?
- ¿Es todo felicidad en esa curva, o deberías preocuparte?
- ¿Qué puedes hacer para rebajarla?
Sigue leyendo para descubrir las respuestas y alguna que otra cosa más.
LA CERVEZA, EL APERITIVO Y ALGO MÁS
Está muy extendida la excusa de la cerveza como culpable de esa barriguita que asoma cada vez con más fuerza. Y decimos excusa, porque es muy raro que un solo producto produzca unos depósitos de grasa tan grandes.
¿Entonces qué? ¿El aperitivo? Ten en cuenta lo siguiente:
- Por un lado, la cerveza (y el alcohol en general) son calorías vacías. Es decir, ingieres unas calorías que no te aportan prácticamente ningún nutriente.
- Por otro, los snacks de bolsa y salsas de bote que suelen acompañar a la cervecita son más de lo mismo. Otras opciones como frutos secos, patatas fritas caseras o aceitunas tienen mayor aporte nutricional, pero siguen sumando calorías.
- Y por último, la cantidad. ¿Cuántas te tomas? ¿2 litros en cada fiesta? ¿Con qué frecuencia? ¿Todos los días?
Resumiendo, hay bastante diferencia entre tomarte dos cervezas el fin de semana mientras ves el partido, y beberte 1 pinta con una pizza o nachos con queso cada día.
Una vez más, es una cuestión de hábitos. Si normalmente te alimentas a base de comida real, la cerveza del fin de semana no va a anular todos los nutrientes y beneficios de esa comida. Pero si tu dieta habitual incluye mucho producto ultraprocesado y alto en calorías, las dos cervezas del sábado son solo un pequeño añadido más al problema.
Asimismo, a medida que cumples años y/o reduces tu nivel de actividad física, la cantidad de energía que tu cuerpo necesita va disminuyendo poco a poco. Si sigues metiéndole el mismo número de calorías (o incluso más), lo que sobra tiene que almacenarse en algún sitio.
¿ES COSA DE HOMBRES?
Ya vimos al hablar de la celulitis que hombres y mujeres tienden a almacenar grasa en distintos lugares del cuerpo. Mientras las mujeres suelen tener mayor grasa subcutánea, que puede repartirse por distintos puntos del cuerpo, los hombres concentran ese exceso de energía alrededor de la cintura.
Por eso, la barriguita es más común entre los chicos. No obstante, a medida que cumplimos años, y en especial tras la menopausia, estas diferencias se reducen.
BARRIGA BLANDA, BARRIGA DURA
Algo muy importante es distinguir qué tipo de grasa se está acumulando:
- Grasa subcutánea. Es la que hemos comentado que se almacena bajo la piel, lo que origina esas barrigas blanditas.
- Grasa visceral. Es la que se acumula alrededor de los órganos internos, lo que provoca un aumento de cintura, pero con una tripa más dura.
¿Y por qué es importante saberlo? Pues porque las consecuencias a nivel de salud son distintas. Aunque ninguna de las dos es buena, la grasa visceral es potencialmente más dañina y está asociada a enfermedades cardiovasculares o diabetes.
De ahí que se suela decir que una barriga dura es más peligrosa. Aunque no es un diagnóstico definitivo, sí es una buena señal de alerta para hacerte unos exámenes más detallados y plantearte cambiar algunos hábitos.
¿CÓMO BAJAR ESA BARRIGA?
Si estás buscando una receta mágica para desaparecer “el abdominal” (porque a estas alturas solo se te ve uno), aquí no la vas a encontrar. Se trata más bien de un estilo de vida, de algo que se logra día a día.
Un porcentaje bajo de grasa corporal es lo que hará que la grasa depositada en la cintura en los hombres, y la grasa acumulada en muslos y nalgas en las mujeres, también disminuya. ¿Y eso cómo se consigue? Aunque en cada caso habría que ver y matizar, en líneas generales las recomendaciones serían:
- Aumentar el nivel de actividad física, combinando entrenamientos cardiorrespiratorios y de fuerza. No cometas el error de centrarte únicamente en el cardio. Que la fuerza te acompañe siempre.
- Basar tu alimentación en productos naturales: aquello que nace de la tierra, de un huevo o de su madre. Cuantos menos ingredientes tenga un producto, normalmente mejor. Los ultraprocesados están diseñados para que no puedas parar de comerlos, haciendo mucho más fácil que te pases de calorías (entre otros problemas).
- Controla la cantidad de carbohidratos. Muchas guías oficiales han incluido los cereales y sus derivados en la base de las pirámides alimenticias, con poco fundamento. Cada vez más voces alertan de que el exceso de carbohidratos y azúcares están muy relacionados con las epidemias de obesidad y diabetes.
Ojo, NO estamos diciendo que los elimines. Ajustarlos en función de la cantidad de ejercicio que hagas funciona bien para bastante gente. ¡Gánatelos!
CURVA DEL PLACER O CURVA DE LA FELICIDAD
Como hemos visto, culpar a la cerveza de tu barriga seguramente es simplificar demasiado. Ya hemos comentado varias veces que el cuerpo es complejo, y es la suma de muchas cosas: actividad física, alimentación en general (la de todos y cada uno de los días), descanso, estrés, situación familiar y personal…
Para combatir el calor, al agua fresquita es lo mejor. Si te apetece beberte una cerveza fría, tómatela. A corto plazo, es una experiencia muy placentera (lo confesamos, hablamos por experiencia propia).
Pero recuerda que la cerveza, y el alcohol en general, son perjudiciales para la salud. Si sales todos los días a una terraza o a tomar el aperitivo y te metes 5 ó 6 cervezas para el cuerpo, luego por favor no culpes de tu barriga a la genética familiar.